23/11/14

Los códigos QR en las aulas, ¿es posible?

   Lo que puede ser sancionado son determinados usos de la tecnología, pero no la propia tecnología, que es neutra.

  Los códigos QR son capaces de almacenar hasta 4296 caracteres y pueden ser leídos tanto por móviles u ordenadores así como pizarras digitales. Actualmente su uso más generalizado se centra en proporcionar información adicional en determinados establecimientos como pueden ser un museo o una oficina de atención al cliente. Pero, si se trata de un medio de transmisión de información, ¿por qué no utilizarlo en las aulas? 
  Este código podría suponer grandes ventajas, ya que se podría utilizar como recordatorio de los materiales o tareas que deben traer los alumnos a clase. También podría servir para proporcionar información extra en cada tema, que, al estar cifrada con el código, atraería la curiosidad del alumno. Por último, también podría servir para que los que estén interesados en el centro puedan obtener datos como el número de teléfono, la dirección o correos electrónicos de profesores con el simple hecho de decodificarlo con el teléfono móvil.  
   En este sentido, me parece interesante comentar el proyecto de  la escuela de educación especial Verge de la Cinta para el que ha elaborado un dossier con una ruta desde Tortosa hasta Aldea destacando elementos naturales del entorno utilizando los códigos QR.
    Esta técnica consigue captar la atención del alumno, ya que se trata de algo novedoso y, a la vez, fomenta la participación, al involucrarlo en la tarea.




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